30 May
30May

Qué es Célula animal:

La célula animal es aquella que compone diversos tejidos animales. Es de tipo eucariota y se puede reproducir de manera independiente.

Los animales y humanos tenemos un gran número de células que son indispensables para nuestras vidas.


Cada célula animal está compuesta por tres partes importantes que son la membrana celular, el citoplasma y el núcleo celular que, a su vez están compuestas por otras partes vitales para que la célula cumpla su función.

Partes de la célula animal

A continuación se presentan las partes internas de la célula animal y sus funciones.

Membrana celular o plasmática

Es la envoltura celular que se caracteriza por ser la parte externa que delimita la célula y por su espesor.

La membrana celular está formada principalmente por lípidos o grasas, en particular fosfolípidos y colesterol, formando una doble capa lipídica como una bolsa sellada.

Embebida en esta capa de lípidos se encuentran canales o pasadizos de proteínas. Gracias a estos canales o transportadores ingresan sustancias necesarias para el metabolismo y salen iones o productos de desecho.

Es por esto que la membrana es semipermeable, solo permite el paso de algunas sustancias hacia el interior y desde el interior de la célula.

Citoplasma

El citoplasma es una parte de la célula compuesta por un fluido gelatinoso en el cual se encuentran las diversas estructuras que componen la célula animal y donde se realizan diferentes reacciones químicas. Son partes especializadas de la célula.

Las estructuras que están en el citoplasma son orgánulos celulares: mitocondrias, lisosomas, aparato de Golgi, ribosomas, retículo endoplasmático liso, retículo endoplasmático rugoso y centriolos.

La mitocondria es la estructura donde se realiza el proceso de respiración celular y se produce el ATP, fuente principal de energía que permite efectuar los diferentes procesos en la célula.

En el retículo endoplasmático rugoso, llamado así por la presencia de los ribosomas, se sintetizan las proteínas. Mientras que en el retículo endoplasmático liso se produce la síntesis de lípidos. Desde aquí, estas moléculas pasan al aparato de Golgi, donde se empaquetan y toman la forma final de procesamiento.

Núcleo

El núcleo de la célula se encuentra flotando en el citoplasma, y puede llegar a ocupar hasta el 10 por ciento del espacio celular. Está compuesto por la envoltura nuclear que encapsula el nucleoplasma, fluido nuclear donde flota la cromatina (ADN condensado con proteínas) y el nucléolo.

En el núcleo se encuentra el ácido desoxirribonucleico (ADN), molécula que encierra la información genética y que se transmite cuando las células se dividen.

El ADN es la base de la herencia. Dentro del núcleo, el ADN se une a unas proteínas (llamadas histonas) y se enrolla y compacta formando los cromosomas.

CÉLULA VEGETAL

vegetal es el tipo de célula eucariota de la que están compuestos muchos tejidos vegetales. A menudo, es descrita con los rasgos de una célula del parénquima de una planta vascular. Pero sus características no pueden generalizarse al resto de las células meristemáticas o adultas de una planta y menos aún a las de los muy diversos organismos imprecisamente llamados vegetales.

Las células adultas de las plantas terrestres presentan rasgos comunes, convergentes con las de otros organismos sésiles, fijos al sustrato, o pasivos, propios del plancton, de alimentación osmótrofa, por absorción, como es el caso de los hongos, pseudohongos y de muchas algas. Esos rasgos comunes se han desarrollado independientemente a partir de protistas unicelulares fagótrofos desnudos (sin pared celular). Todos los eucariontes osmótrofos tienden a basar su solidez, sobre todo cuando alcanzan la pluricelularidad, en la turgencia, que logran gracias al desarrollo de paredes celulares resistentes a la tensión, en combinación con la presión osmótica del protoplasma, la célula viva. Así, las paredes celulares son comunes a los hongos y protistas de modo de vida equivalente, que se alimentan por absorción osmótica de sustancias orgánicas, y a las plantas y algas, que toman disueltas sales minerales del medio y realizan la fotosíntesis. Y también cabe agregar que no tienen centriolos en su interior.

  • Las células del parénquima que tienen funciones que van desde el almacenamiento y el soporte hasta la fotosíntesis y el transporte de nutrientes en el floema (células de transferencia). Aparte del xilema y el floema en sus haces vasculares, las hojas se componen principalmente de células del parénquima. Algunas células del parénquima están especializadas en la penetración de la luz y en la regulación del intercambio gaseoso, como en la epidermis, pero otras están entre las menos especializadas del tejido vegetal y pueden permanecer totipotentes, capaces de dividirse para producir nuevas poblaciones de células indiferenciadas a lo largo de sus vidas. Las células parenquimatosas tienen paredes primarias delgadas y permeables que permiten el transporte de pequeñas moléculas entre ellas, y su citoplasma es responsable de una amplia gama de funciones bioquímicas como la secreción de néctar o la fabricación de productos secundarios que desalientan a los herbívoros. Las células del parénquima que contienen muchos cloroplastos y participan principalmente en la fotosíntesis se llaman células del clorenquima. Otras, como la mayoría de las células del parénquima en los tubérculos de patata y los cotiledones de las semillas de las leguminosas, tienen una función de almacenamiento.[1]

Corte transversal de una hoja que muestra varios tipos de células vegetales

  • Las células del colénquima: las células del colénquima están vivas en la madurez y sólo tienen una pared primaria. Estas células maduran a partir de derivados del meristema que inicialmente se parecen al parénquima, pero las diferencias se hacen evidentes rápidamente. Los plastidios no se desarrollan, y el aparato secretor (ER y Golgi) prolifera para secretar la pared primaria adicional. La pared es más comúnmente más gruesa en las esquinas, donde tres o más células entran en contacto, y más delgada donde sólo dos células entran en contacto, aunque son posibles otras disposiciones del engrosamiento de la pared.
    La pectina y la hemicelulosa son los constituyentes dominantes de las paredes celulares del colénquima de las dicotiledóneas angiospermas, y pueden contener solo el 20% de celulosa en las Petasites[2] Las células del coléenquima son típicamente bastante alargadas, y pueden dividirse transversalmente para dar un aspecto septado. El papel de este tipo de células es apoyar a la planta en ejes que siguen creciendo en longitud y conferir flexibilidad y resistencia a la tracción en los tejidos. La pared primaria carece de lignina que la hace resistente y rígida, por lo que este tipo de célula proporciona lo que podría llamarse un soporte plástico. Proporciona flexibilidad a los tallos jóvenes, a los pecíolos y a los nervios de las hojas. Los hilos en el apio son colénquima.
  • Células del esclerénquima: las células de esclerénquima (del griego skleros, duro) son células duras con una función de apoyo mecánico. Son de dos tipos amplios: esclereidas o células duras y fibras. Las células desarrollan una pared celular secundaria extensa que se deposita en el interior de la pared celular primaria. La pared secundaria está impregnada con lignina, haciéndola dura e impermeable al agua. Por lo tanto, estas células no pueden sobrevivir por mucho tiempo ya que no pueden intercambiar suficiente material para mantener el metabolismo activo. Las células de esclerénquima están típicamente muertas en la madurez funcional y les falta el citoplasma, dejando una cavidad central vacía.
    Las funciones de las células escleróticas (células duras que dan a las hojas o frutos una textura arenosa) incluyen la de desalentar a los herbívoros, al dañar los conductos digestivos en las primeras etapas de las larvas de los insectos y la protección física (un tejido sólido de células escleróticas duras forma la pared del hueso de un melocotón y de muchas otras frutas). Las funciones de las fibras incluyen el suministro de soporte de carga y la resistencia a la tracción de las hojas y tallos de las plantas herbáceas.
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